La luz adecuada

Elegir la luz adecuada para cada estancia es determinante, ya que esto influye en el ambiente que irradian estos espacios. En la actualidad hay más posibilidades de iluminación que nunca, por lo que elegir la iluminación adecuada es todo un arte.

A la hora de planificar la decoración o la construcción de una casa, la iluminación es esencial. Dependiendo del tipo de iluminación que se seleccione, las habitaciones adaptan un caracter y una atmósfera determinada. Tanto la localización de un punto de luz, como la elección del tipo de lámpara son esenciales.

Principalmente una estancia resulta cómoda cuando se ve iluminada, pero la lámpara o el punto de luz está disimulado, es decir, cuando procede del techo o de las paredes. Sin embargo si se trata de una estancia en la que vayas a trabajar, la luz directa es indispensable.

La selección más amplia de todos los tiempos

Con el adiós de las bombillas la selección actual en lo que respecta a la iluminación es más amplia que nunca: LED, bajo consumo, halógenas...y por supuesto todas con sus ventajas y desventajas. Las de bajo consumo son las más baratas y resistentes, pero no son adecuadas para encenderse y apagarse a menudo. Son la mejor opción para las estancias que están constantemente encendidas. Una buena durabilidad para encender y apagar, tienen las LED. Resultan adecuadas, al igual que las halógenas para crear puntos de luz. Actualmente son las más caras, pero también son las que más aguantan y las que menos consumo de electricidad tienen. Si lo que quieres es poder regular la cantidad de luz, entonces tienes que decidirte por las lámparas halógenas.

Lumen y Kelvin

En lo relativo a los vatios, con las luces nuevas es difícil controlarlos, por este motivo hay que tener ahora en cuenta los lumen. Entre 630 y 850 lumen se tiene aproximadamente la misma luz que anteriormente con una bombilla de 60 vatios.

Kelvin es para tener en cuenta el color de la luz. Por ejemplo una luz agradable en el salón, sería de 2.700 a 3.300 Kelvin. A partir de los 5.000 Kelvin se trata de una luz clara, ideal para trabajar. A partir de los 6.000 Kelvin sería equiparable a la luz del día.

Dependiendo del espacio a iluminar, debes tener en cuenta las distintas consideraciones acerca de la luz. He aquí una breve lista:

Salón: Normalmente pasamos mucho tiempo aquí y sobre todo en invierno nos gusta relajarnos cuando hace frío fuera. Además de una iluminación indirecta básica, debemos contar con otros puntos de luz, que además de resultar muy prácticos ayudan a aumentar ópticamente el espacio de esta estancia. Para leer en el sofá es importante tener un punto de luz directa y articulable. La televisión no se debe iluminar directamente ya que sino se producen reflejos.

Cocina: además del lugar para preparar la comida, es un lugar de encuentro, por este motivo es importante tener una iluminación agradable y funcional. La placa de cocina, el fregadero y la superficie de trabajo deben tener iluminación directa. En la mesa es importante tener una luz cálida.

Baño: El cuarto de baño es un pequeño oasis de calma y relajación. Asegúrate de que haya una iluminación óptima, por ejemplo con puntos de luz en el techo. El espejo debe iluminarse adicionalmente. Si te gusta pasar mucho tiempo en la bañera, entonces, ten en cuenta que una luz cálida y no muy fuerte te ayudará a que te relajes.

Dormitorios: Además de la iluminación general debes considerar los puntos de luz para leer en la cama, o la iluminación adicional de espejos o el armario.

Despacho: La iluminación adecuada es la base para el trabajo saludable. La luz equivocada puede suponer dolores de cabeza e incluso picor o cansancio en los ojos. Lo mejor es combinar la luz natural con la luz indirecta y una luz adicional directa en la superficie de trabajo.