Consejos para un sueño perfecto

Consejos para un sueño perfecto

Aunque muy a menudo se subestima su importancia, el sueño ocupa en promedio alrededor de un tercio de toda nuestra existencia y juega un papel fundamental en nuestro equilibrio psicofísico. Sin embargo, dormir lo suficiente no es tan fácil como parece. La Universidad de Warwick (Reino Unido) estima que cientos de millones de adultos tienen diversos problemas relacionados con la falta de sueño o la calidad de las noches. Para sortear algunos de los problemas más simples, a veces es suficiente hacer ejercicio durante el día, prestar atención a lo que comemos y bebemos (especialmente en las horas previas a la hora de dormir) y amueblar adecuadamente nuestro dormitorio. El color de las paredes, la iluminación, el colchón y la ropa de cama pueden afectar realmente positivamente la calidad de nuestras noches. Echemos un vistazo más de cerca a algunos consejos prácticos para un diseño de dormitorio simple y efectivo.

Una cuestión de diseño

El diseño de interiores es una disciplina clave para definir la apariencia del hogar. En cuanto al dormitorio, vía libre a la originalidad y estilo personal, sin olvidar darle al mobiliario un toque de serenidad, tranquilidad y relax.

Tonos cálidos y acogedores

Paredes, suelos, muebles y ropa de cama forman parte de la paleta de colores que caracteriza el dormitorio. Es importante elegir las tonalidades que nos hagan sentir cómodos. Normalmente estos colores son cálidos, suaves y acogedores. Antes de elegir, también es importante evaluar los diferentes aspectos que caracterizan a los colores individuales. Para los ambientes que quieren dar tranquilidad y relajación, normalmente se elige el azul, mientras que el violeta se suele descartar por considerarlo "menos relajante".

¡Adiós desorden!

El trastorno puede generar estrés y ansiedad, dos elementos que pueden afectar negativamente la calidad del sueño. En la fase de diseño, tratamos de mantener solo lo mínimo en el dormitorio, para que haya aún menos elementos que ordenar y de los que preocuparse.

El colchón y la ropa de cama

La cama es, obviamente, el corazón del dormitorio. El colchón debe estar bien hecho, ser cómodo y adecuado a nuestras necesidades específicas. Dado que generalmente son caros, los colchones deben elegirse por los materiales y el rendimiento que pueden ofrecer. De hecho, este accesorio actúa no solo como un soporte para el cuerpo, sino que debe saber adaptarse a nuestra conformación física y / o la posición en la que generalmente dormimos. Además del colchón, las almohadas, las sábanas y las mantas también juegan un papel importante para hacer que nuestras noches sean tranquilas y relajantes. Las almohadas adecuadas pueden ayudar a prevenir el dolor de cuello, mientras que la ropa de cama adecuada ayuda a regular la temperatura corporal. Además, la limpieza regular del colchón y el lavado semanal de la ropa de cama mantienen la cama fresca y a salvo de molestos alérgenos (polvo, ácaros, etc.).

La iluminación

La luz es uno de los elementos más importantes a considerar cuando se trata de la calidad del sueño. A la hora de acostarse, intentamos oscurecer el dormitorio lo más posible, para no perturbar los suaves ritmos del ritmo circadiano. Las cortinas opacas y / o las contraventanas pueden ayudar si el dormitorio recibe mucha luz exterior, especialmente en la ciudad. En cuanto a la iluminación artificial, optamos por bombillas que emitan una luz cálida, suave y poco intensa.

Las pantallas

Siempre relacionado con la iluminación, en los últimos años ha cobrado mayor importancia el tema de la exposición a la luz de las pantallas (televisores, teléfonos móviles, tablets, ordenadores). Numerosos estudios muestran que ver televisión en el dormitorio antes de acostarse tiene un impacto negativo en la calidad del sueño. De hecho, la luz azul de las pantallas puede inhibir el ritmo circadiano, haciéndonos más activos y menos propensos a dormir. Si realmente no podemos evitar usar dispositivos con pantallas iluminadas durante el transcurso de la noche, al menos tratemos de evitar usarlos una hora antes de acostarse.

La temperatura

Los estudios demuestran que cuando nos dormimos, la temperatura de nuestro cuerpo desciende y este ligero descenso favorece el sueño. Según los expertos, la temperatura óptima para inducir el sueño debe estar entre 18 y 20 ° C. Si no disponemos de termostato para controlar con precisión la temperatura del dormitorio, podemos utilizar un ventilador (en verano) o, según la época del año, abrir una ventana para regular la temperatura.

Despertadores inteligentes

Hay muchos tipos de relojes de alarma inteligentes disponibles en la actualidad que pueden, por ejemplo, rastrear nuestro comportamiento al dormir y despertarnos cuando nuestro sueño es más ligero, lo que hace que el despertar sea menos traumático y más eficiente.

Los ruidos

Los ruidos externos pueden provocar despertares frecuentes, alterando la calidad del sueño e impactando negativamente en nuestro estado de salud y bienestar. En caso de que no podamos controlar el nivel de ruido externo, un dispositivo de ruido blanco puede ayudarnos. De hecho, el llamado ruido blanco puede ayudar a nuestro sueño y por ello se han inventado dispositivos inteligentes especiales que perciben los ruidos externos y se adaptan de tal forma que los que duermen no son molestados. Si estos dispositivos no son para ti, siempre podrás usar algo de música relajante.

Los olores

Tener un buen olor en el dormitorio también puede ayudar para dormir. Aunque los olores no suelen despertar a las personas, las fragancias particulares, como la lavanda, pueden ayudar a crear un ambiente relajante y agradable.

Calidad del aire

La calidad del aire es extremadamente importante, no solo para la calidad del sueño, sino también para la salud en general. Los estudios han demostrado que una buena ventilación de la habitación y un aire más fresco están relacionados con un mejor sueño. También es importante para evitar la formación de mohos, que no solo son perjudiciales para la salud sino que también se han relacionado con el insomnio y la somnolencia diurna excesiva.